La Orquídea del Pantano

Precisamente ayer, las horas eran una prueba de fuego a mi paciencia... dentro de mis obligaciones como persona económicamente activa (osease de la chamba), no me quedó de otra que cumplir con la tarea el día, la cual parecía cantadita para hacerme perder la compostura...
Por azares del destino, fui a dar a una reunión de orden político (ni les digo de cual porque esto no es mítin, pero me cruza por la mente un terodáctilo), donde, si yo creí que conocía la demagogia, oh! por dios, ¡¡qué equivocado estaba!!... tal vez como una contradición a mis propios genes, he tratado hasta donde me sea posible de mantenerme apolítico aunque un tanto flexible, pero esto, era el colmo.
Mucha gente lo considera una debilidad, pero mi ética - por enésima vez - me empujaba brutalmente a dejarlo todo atrás. La gente gritando consignas que no entiende y no comparte, los flashes por doquier, las personalidades huecas, los discursos efíneros para las voluntades nulas... y yo: en el centro de todo...
El circo llegaba su fin, venía el por qué de mi presecencia. Comenzaba a moverme cuando sonaba el himno nacional... ahí llegó el balance kármico.
No me quedó de otra más que deternerme y elevarme del lugar. Tal vez no era lo más abrumador que habia oído, pero en ese momento sonó a gloria: apenas perturbable, un tenor cantaba el himno.
¿¿Cómo es posible que en semejantes momentos, aparezca una voz y una pasión de ese tamaño??
Dentro de la bajeza más grande de principios, se alzaba una discreta voz que cumplía honrosamente con su trabajo. Mientras yo, regresé a la cordura de mi mente totalmente desfazada, al grado tal que por unos segundos me perdí.
¡¿¡Qué carajos hago aquí si yo soy un artista!?! sonará mamón, ¡¡pero agarren la onda!!! en el momento más bajo del día, aparecía un cabrón cantando con todas las de la ley... era como ver crecer una flor entre el lodo...
Él terminó... yo reaccióné un minuto después, y me lancé a echar slam con el resto de la prensa y con los asistentes que seguían clavados en su papel de me-encontré-al-pinche-mesías!!
Y así, mi amargura personal disminuyó...
Tal vez no sea nada, pero, me cai que voy a tomarlo como una señal divina...