El Equilibrista (parte 5: Yo, Equilibrista)

Y mientras sigo buscando la forma de emprender la inmediata, necesaria y graciosa huída de esta tierras de formalidad y polietileno, navego en las profundidades de esta vida superficial y de mi hueco entendimiento hacia la misma.

Sin embargo, mientras ese momento llega, y sin importar cuánta tranquilidad se respire a mi alrededor, nunca falta el juicio al equilibrista: desde hace unas semanas, algunas buenas personas me cuestionan la creación de estos lugares donde residen estos textos sin sentido...

No pareces ser de los que necesitan estas cosas. / No logro entender bien a qué te refieres con tanta analogía, si de todas formas ya estas en esto, ¿por qué no hablar claro? / ¿qué haces tú, TÚ, refugiadonte en divinidades? / usted y su terquedad por estas cosas religiosas...

Miro hacia atrás y no puedo más que ver la bruma de la decepción en este sendero específico: vivo con toda intención de entablar lazos con la locura y el éxtasis que tengo en un pedestal. Dicha bruma siempre ha tenido como característica principal la frivolidad que tal vez merece mi vida.

Pero en las constantes batallas en contra de mis demonios, el espejo humeante, los arácnidos en mi psique y la existencia de los otros, ahí estaba siempre: esa necesidad de sacarlo todo y una podedumbre interna (que si te tragas, te ahogas), regularmente como espectadoras de la desesperación que conlleva esta batalla silenciosa en pos de mi cordura.

Ahí estaban, contemplando la caída, el cuasi fin, las extremas circunstancias que me llevaron al fondo, donde busqué mi equilibrio en el iluminado y la consiguiente formación de este psicóloco espacio de ciber expresión siempre sometido bajo la tiránica mirada de mi alter y super ego.

No esperes una explicación o una justificación... sólo contempla mi universo a través de mis marchitos ojos de cristal:

El intenso brillo de la luz: la iluminación de unos, la ceguera de otros...

Aquí estoy yo: sentado a los pies de mi árbol. Una vida en rebelión... un hereje de la vida en general... el error en el plan maestro de mi propia vida prediseñada... y así sigo, pero mi pausa espiritual me permitió ver todo más claro...

Jamás pediré que me acompañes, no quiero que te me unas, no te cegaré por no abrir los ojos, no estoy aquí para salvarte de caer, sino para ver tu caída desde la primera fila, muestro caminos, no los recorro por ti... tan desquiciado como siempre pero más despierto que nunca...

No sigo divinidades, sólo ejemplos de vida.
No pertenezco a instituciones, sólo interpreto filosofías.
No sé nada, pero no lo ignoro todo.

No soy nada, pero tampoco soy de nadie...

No tengo nada para ofrecer, más que el reflejo de la intrascendencia de una vida como la mía...

o tal vez como la tuya...