La Imperdonable Amnesia

Hoy recuerdo que te fuiste.
Hoy recuerdo cuando te fuiste.
Hoy recuerdo por qué te fuiste.
Hoy me lamento de sólo recordar eso…

Porque no soy capaz de mantener en mi mente el tiempo que te tuve. Porque entre la gran sobrepoblación de demonios y telarañas internas, no puedo encontrar cabida para esos días que estabas aquí.

El dolor que me causa tu ausencia no es ni remotamente equiparable al dolor que me causa mi amnesia.

¿Qué tan bajo se debe descender para olvidar lo momentos en que se estaba en la cima? ¿Qué tan lóbrego debe ser la perdición interna que se es incapaz de recordar la luz de tu presencia?

¿Cuánta soledad sepultó las ansias de seguir, que no puedo recordarte a mi lado? ¿Es acaso que estaba tan mal? ¿O es que el presente es aun peor?... Sólo frustración me trae tu recuerdo, porque la felicidad que debería invadirme el pensar en ti no existe. No soy capaz de ver el pasado.

Todo a mi alrededor me lo susurra, todos a mi alrededor me lo dice, todo dentro de mí me lo grita. Pero no soy capaz de estar seguro de aquello que me dabas y que el olvido me provoca retorcerme en mi paranoia, pues que probablemente nunca lo supe valorar.

Todo lo que significabas, en verdad lo sentía, pero casi estoy seguro que nunca te lo dije.

¿Cómo se puede olvidar tanto amor?… cómo se puede olvidar la seguridad. Como logré llegar a este momento en el que ya no se quién eres.

Y esos tiempos me pudieron salvar, pero ese hueco en mi memoria me ha hecho lo que soy. ¿Qué pudo haber sucedido entonces para que simplemente decidiera que tú junto a esos momentos salieran del pasado?

He dejado atrás lo único que no debí abandonar…

Sé lo que era para ti… se lo que eras para mí... pero simplemente no puedo recordarlo…

Vivo en la perversión que me genera la felicidad de tu persona y la tristeza de mi memoria. Jamás me dolió tanto algo que seguramente me hacía tan feliz…

A tantos años de distancia, me sigues haciendo falta…